HOLA MUNDO
Centro terapéutico de TEA para familias
Gisela Otero
Esta historia empieza como la mayoría de historias de muchas familias que deciden tener hijos. Filippo (Pippo) fue mi tercer hijo, el sexto para mi Marido, la llegada de un nuevo miembro a una familia muy unida. Como con todos los hijos, una no puede evitar imaginar cómo será, a quién se parecerá más o qué será de mayor, pero lo que nunca llega a imaginarse es que todo pueda dar un giro inesperado, algo que ocurre en el momento en que te nombran la palabra “autismo”. Se trata de una palabra común pero a su vez una auténtica desconocida. Una palabra que retumba en tu cabeza, nubla tu capacidad de entendimiento y altera por completo tus emociones. Una palabra que cae sobre ti y sobre tu familia como una gran losa, dispuesta a destrozarlo todo. Mi cabeza se llenó de preguntas: ¿hice algo mal?, ¿es mi culpa?, ¿es reversible?, ¿podría haber hecho algo para evitarlo? Y la más aterradora: ¿qué será de mi hijo cuándo ya no estemos? Ante nosotros se abrieron un sinfín de caminos por recorrer. Iniciamos un viaje no planeado por las incontables opciones que teníamos al alcance para ayudar a Pippo. Nuestro objetivo era armarlo de todas las herramientas que le permitirían alcanzar su máximo potencial. Durante el camino, nos encontramos con palabras duras y desalentadoras. Tuvimos que escuchar de algunos profesionales que mi hijo no viviría más de dos o tres años, que no caminaría nunca o cosas como “su hijo, señora, no se entera de nada”. No fue fácil, pero nada nos hizo perder de vista que con esfuerzo, amor y terapia conseguíamos pequeñas y continuas mejoras (¡enormes para nosotros!). La evolución de mi hijo me llenó de esperanza y fuerza, como cuando lo volví a ver sonreír después de tanto tiempo. Pero no era suficiente. Tras probar innumerables métodos, terapias experimentales y dietas inimaginables, me di cuenta de que cada niño es un mundo en sí mismo, y necesita un enfoque personalizado que tenga en cuenta sus necesidades específicas, y solo los profesionales con vocación, ética e implicación suficiente sabían centrarse en cada niño y su familia de forma particular. Fueron estos profesionales los que, sin duda, podían marcar la diferencia en la evolución de mi hijo. Fue entonces cuando creamos Pippo, un espacio donde cada niño con Espectro Autista y Trastornos del Desarrollo del Lenguaje y sus familias pude encontrar su lugar y donde se les acompañaran en este largo viaje. Descubrí que existen nuevas formas de avanzar, llenas de luz y esperanza, y que ya no tenemos que sentirnos solos, vulnerables y perdidos. No permitas que tu hijo y tu familia se conviertan en un caso más que engrose estadísticas médicas. Encontrad el apoyo y las herramientas necesarias para recorrer el camino y cread un vínculo único entre terapeuta y familia que os ayude. Queridos padres, sé que el camino puede ser difícil, pero nunca perdáis la esperanza. Hay luz al final del túnel y, con amor y esfuerzo, podéis marcar la diferencia en la vida de tu hijo y de tu familia. Gisela Otero Barrios
Jessica Lollett de Hernández
Soy logopeda y licenciada en educación, especialista en los trastornos del espectro autista, con un máster en logopedia educativa.
A lo largo de mi carrera profesional, me he formado en las diferentes técnicas para trabajar con personas con TEA, implementado los sistemas ABA y PECS entre otros. Adicionalmente soy practicante TOMATIS nivel II.
He sido conferencista en diferentes congresos y profesora universitaria, compartiendo mi experiencia y conocimiento con todo aquel que quiera aprender más sobre las personas con autismo y sus necesidades.
Este ámbito ha sido mi vocación desde que comencé mis estudios, me apasiona, y tengo una sensibilidad muy marcada hacia las personas con TEA y sus familias, apoyando y acompañándolos, ayudando a obtener logros y transitando juntos este camino.
Jessica Lollett
Abel de Vega
Soy Abel, graduado en Psicología, Máster en Psicología General Sanitaria, con formación específica en evaluación diagnóstica y tratamiento del TEA y autor de la novela psicológica “La Risa del Loco”. Tras más de 25 años de experiencia vinculada al sector de la salud, hace ya tiempo que llegué a la conclusión de que cada ser humano es único e irrepetible y que como tal ha de ser abordado, sea cual sea su momento vital. El poder ayudar a evolucionar y mejorar las necesidades de las personas es para mí, no solo un reto, sino también una responsabilidad vocacional que he decidido aceptar y llevar a cabo. Formar parte del equipo de Pippo es una gran oportunidad para poder ayudar, no solo a todas aquellas personas con dificultades y a sus familias, sino también a construir un entorno más adaptado a las necesidades de la vida diaria de todas las personas con TEA. “Todo depende de cómo vemos las cosas, y no de la forma en que son en sí mismas” Carl Gustav Jung Abel de Vega
Lucía Muñoz
Mi nombre es Lucía y soy Terapeuta Ocupacional. La curiosidad y la empatía me llevaron a estudiar cómo hacer la vida de las personas lo más funcional posible.
La conexión con los más pequeños hizo que esté en contacto con ellos, tanto de forma laboral como a través del voluntariado desde los 16 años. Al principio, en el ámbito deportivo y ahora, en el campo de la Integración Sensorial. Me encanta este área por lo que sigo en constante formación y actualización de la información que tengo a través de la evidencia científica más actualizada, para que la intervención sea lo más eficiente posible.
Los estímulos sensoriales nos acompañan en cada momento de nuestra vida, y su correcta integración nos permite movernos, aprender y relacionarnos con el mundo de forma efectiva.
A través del juego (actividad de la vida diaria muy importante en la infancia) realizo un trabajo personalizado junto con los niños para que se desarrollen adecuadamente.
Os invito a que comenzéis el camino del "aprender jugando" a mi lado.
Lucía Muñoz